Para realizar este ejercicio, en el grupo MAPA, además de bases de datos observacionales, utilizamos bases de datos generadas con modelos de simulación climática. Estas bases de datos tienen la ventaja de ser largas y homogéneas en el tiempo, regulares en el espacio y físicamente consistentes, pero no están exentas de un cierto grado de incertidumbre, debido al propio proceso de modelado y a la incertidumbre propia de las estimaciones y mediciones que se emplean sobre forzamientos climáticos externos. Los estudios de sensibilidad acotan y determinan la procedencia de esta incertidumbre, proporcionando un contexto fiable para el uso de los modelos climáticos en posteriores trabajos de caracterización climática, atribución (¿cuáles son los mecanismos físicos subyacentes ante cierto cambio observado o proyectado?) e impactos (¿cómo afectan los cambios observados o proyectados en el clima a los distintos sectores medioambientales o socio-económicos?). En el grupo MAPA abordamos también estos aspectos, con el foco en la simulación de los recursos renovables solar y eólico, y utilizamos la información climática procedente de los modelos para, en última instancia, desarrollar herramientas de optimización de escenarios energéticos de base renovable.